lunes, 22 de noviembre de 2010

La implicancia de los diagnósticos psicopedagógicos en la escuela de hoy


ALUMNAS:   
                                                                 PAREDES Y TARDO
 
La implicancia de los diagnósticos psicopedagógicos en la escuela de hoy

             Un diagnóstico psicopedagógico es un proceso en el que se analiza la situación del alumno con dificultades en el marco de la escuela y del aula a fin de proporcionar a los maestros orientaciones e instrumentos que permitan modificar el conflicto manifestado. La exploración de la problemática no recae solamente en el psicopedagogo.
            Los sujetos y sistemas implicados en el diagnóstico psicopedagógico son:
  • La escuela: Como un subsistema abierto que comparte funciones y se interrelaciona con otros subsistemas que integran el contorno social.
  • El profesor: El maestro es un profesional que ha de pertenecer  y actúa en diferentes subsistemas al mismo tiempo. Por ello es importante tener en cuenta como los subsistemas se van influenciando mutuamente. Los maestros ante las dificultades de aprendizaje pueden negarlas, buscar ayuda desorganizadamente, reflexionar y buscar salidas con sus propios recursos, ante estas situaciones; lo más importante es que el psicopedagogo aprenda a entender la demanda hecha y establecer una situación de comunicación que lo permita que adecue la respuesta a la solicitud efectuada, definiendo el papel que puede y quiere llevar a cabo.
  • El alumno: El niño está incluido en dos sistemas diferenciados, la escuela y la familia. Es importante la visión de estos acerca del niño para la definición de su papel en casa o en la escuela. Es necesario ampliar el campo de observación tanto del grupo-clase así como la información proveniente de la familia y las relaciones que se establecen en su interior.
  • La familia: Tiene una función psicosocial de proteger a sus miembros y una función social de transmitir y favorecer la adaptación a la cultura existente. Dentro de ella hay diferentes subsistemas. En ellos se manifiestan momentos de cambio, resistencias y tensiones que a veces se manifiestan en uno de los miembros como un síntoma. Es importante también la ideología y el contexto histórico y familiar de ese subsistema, debe respetarse ese contexto y reconocer cuando este aspecto está contribuyendo a las dificultades del aprendizaje. Es necesario también aprovechar la relación entre la familia y la escuela, la colaboración entre ambas para conseguir determinados objetivos.
  • El psicopedagogo: Es necesaria su intervención no solo fuera de la escuela sino también en el interior de la misma. Este profesional es el complementario de los maestros para intentar resolver, discutir o conseguir determinadas situaciones, obtener información y conocimientos. Para ello, es necesario también establecer relaciones constructivas con los maestros más allá de los malentendidos o confusiones. Otra posibilidad es poder compartir con los maestros la angustia y responsabilidad que se siente ante determinados alumnos con problemas.

            Dicha intervención educativa y diagnóstico psicopedagógico propone que para que un alumno aprenda de una manera no mecánica ni puramente imitativa es necesario que asimile, seleccione, procese, relacione e interprete aquellas actividades y contenidos que se le plantean, mediante una actividad autoestructurante que le obligue a revisar los esquemas y estructuras previas en relación a contenidos y le aporte un grado más elevado de estructuración o claridad. Por lo tanto, la influencia del docente  y de su intervención pedagógica es lo que hace que la actividad del alumno sea autoestructurante o no, por lo tanto, tenga mayor o menor impacto sobre el aprendizaje escolar. Por eso el proceso de enseñanza-aprendizaje es un proceso en el cual se pone en juego la tríada pedagógica: docente, alumno y los contenidos, el cual deberá ser flexible y adaptada a las características de los alumnos, utilizar todos los medios al alcance posibles que puedan favorecer el proceso de aprendizaje de un alumno que presente dificultades en un momento determinado. Es importante llevar a cabo esta interacción desde un punto de vista afectivo y relacional, el hecho de tener y demostrar confianza en las posibilidades de cambio y de mejora para el niño.
            Concebimos al aprendizaje como una interacción social donde la potencialidad de la apropiación cognitiva de un chico va a depender no sólo de lo que sabe hoy, sino de lo que puede aprender con ayuda de otro.
            Desde esta perspectiva nos planteamos como futuros Psicopedagogos: “ la implicancia de los tratamientos psicopedagógicos en la escuela de hoy”
            Entonces planteamos los siguientes interrogantes ¿Cómo se concibe al niño de hoy? ¿Cuáles son las conductas que se esperan de él? ¿Qué se entiende por normal y “anormal”? ¿Cuál es su verdadero padecimiento? ¿Qué se esconde detrás de su síntoma? ¿Cuáles son los riesgos a los que se someten? Etc.

            El sujeto contemporáneo, inmerso en procesos de creciente fragmentación social está sometido a ideales  de autonomía y presionado a estar en un constante estado de performance. La autora Bauman nos brinda una descripción metafórica de los tiempos actuales y como esas características se reflejan produciendo nuevas subjetividades. Realiza una comparación entre los líquidos y los sólidos para representar las características de la modernidad. Describe a la fluidez como la cualidad de los gases y los líquidos, se los distingue de los sólidos porque en descanso no pueden sostener una fuerza tangencial o cortante, y por lo tanto, sufren un continuo cambio de forma cuando se los somete a tensión.  Así los fluidos no se fijan al espacio ni se atan al tiempo, en tanto los sólidos tienen una clara definición espacial pero neutralizan el impacto del tiempo, resistiendo a su flujo, no conservan una forma durante mucho tiempo y están constantemente dispuestos a cambiarla, por lo tanto, para los líquidos es mas importante el tiempo que el espacio que ocupan  solo por un momento. Los sólidos, al contrario, cancelan el tiempo y el espacio, en tanto los fluidos se desplazan con facilidad, se filtran y se desbordan, no es posible detenerlos fácilmente a diferencia de los sólidos. La extraordinaria movilidad de los fluidos es lo que los asocia a la idea de la levedad la cual se asocia a la inconstancia y a la movilidad.  Por lo tanto estas características van atrapando cada vez más al sujeto hasta el punto de coartar su libertad, su deseo, como un sujeto carente de historia, en lo que todo se licuifica fluyendo sin conservar el tiempo del espacio. Generando  en el sujeto una alienación a una sociedad de consumo, relegando su ser más intimo, su subjetividad en pos de su individualidad.
            Frente a todas estas exigencias se observa que en los diagnósticos psicopedagógicos actuales se propone el medicamento para responder a diversas situaciones cotidianas que exigen respuestas adaptativas, frente a las cuales el sujeto puede desarrollar ansiedad, decaimiento, cansancio. Lo que se destaca en esta corriente medicalizadora actual es la reducción de la vida a su basamento biológico. Lo que se recorta como malestar es remitido fundamentalmente a una causa biológica. Y es a partir de la biología que se buscan las medidas reguladoras y correctivas. Por ello es necesario  tener  en cuenta el tipo de niñez que se produce hoy, esto nos ayudará a no caer en confusiones en los tratamientos psicopedagógicos, con el afán de dar un nombre a dicha dificultad.
            La medicalización, como plantea M. Foucoult  es una estrategia del poder político, que utiliza el saber técnico de la medicina para intervenir sobre los cuerpos y la población, con el fin de movilizar fuerzas, extraerlas y hacerlas obedecer a los requerimientos creados por los imperativos de la época. Con el afán  pretender regularizar  sectores cada vez más amplios de población y  aspectos cada vez más cotidianos y privados de la vida, que devienen objeto de interés político y público. Por tal motivo es importante conocer los manejos bio-políticos- económicos que influyen, para no caer en diagnósticos clasificatorios erróneos o simplistas
            La autora Gisela Untoiglich hace referencia a una serie de riesgos que se puede caer al medicalizar, en pos de  soluciones inmediatas y mágicas, lo cual genera consecuencias adversas en el individuo. Entre ellas se destacan:
·         Confusión de diagnósticos descriptivos con diagnósticos estructurales: ya                                 que muchos diagnósticos se realizan utilizando una referencia: el DSM IV y se construyen por sumatoria de observables, sin embargo, similares conductas pueden darse en sujetos con estructuras psicopatológicas diversas.
·         Naturalización de las funciones del sujeto: la persona queda subdividida en un cúmulo de funciones; si alguna se altera, la causa es únicamente de orden biológico y el abordaje es específico para  esa función del déficit.
·         Modalidades psíquicas con predominio de desligadura: cada vez hay más niños con restricciones para representar ya que desde el lugar parental no están ofertadas estas posibilidades de ligadura de lo traumático. Por lo tanto, los hechos traumáticos ocurren sin ninguna oferta de herramientas que permitan la tramitación simbólica.
·         Supresión de conceptos de subjetividad, sufrimiento, conflicto, responsabilidad e historia: Ya no se trata de un sujeto que sufre sino de un trastorno que hay que eliminar
·         Progresión creciente de la medicalización de la infancia: se ha banalizado el uso de medicación psicofarmacología para la resolución de problemas cotidianos.
·         Transformación de ciertos diagnósticos en nombre propio: existe alto de riesgo de que las clasificaciones que utilizan los médicos entre sí se transformen en el modo en el que los sujetos se nominan a sí mismos, o en el que se refieren a los niños. Terminan identificándose con dicha rotulación.
·         Creencias de que existen soluciones simples a problemas complejos: Desde la lectura de la complejidad, se advierte que los niños de hoy nos plantean problemas que antes no existían. El acceso a la información, la cantidad de estímulos que el niño debe procesar, los modos en los que se halla en esa realidad, y la disponibilidad de los adultos generan problemáticas características de esos tiempos. Suponer que existe una única causa para las dificultades atencionales de un niño para “eliminarlas” resulta no menos que simplista.
·         Predominio de la inmediatez: a la simplificación de lo complejo se suma la construcción de diagnósticos inmediatos con su consecuente búsqueda de soluciones inmediatas, en un intento de aplastamiento del conflicto.
·         Intervenciones expulsivas. Expulsan el problema y junto con el problema, con frecuencia, al niño: apareciendo intervenciones que solo buscan adaptar al niño al sistema al costo de desconocer lo que el niño está tratando de decir con sus síntomas
            A partir de estos riesgos y relacionándolo  con el artículo vemos que al medicalizar a partir de conductas observables se oculta el verdadero problema de fondo, y como bien lo explicita el informe:  …” se le confiere al estudiante la exclusividad de la culpa y además no se soluciona pues el medicamento no “cura” al estudiante “enfermo” simplemente le “alivia” su “mal” o lo que es peor cronifica su inexistente enfermedad…”

            Sabemos que es la construcción social la que otorga el rótulo de enfermedad a una determinada condición que se califica como desviada de la norma. Cuando alguien se enferma ya no puede hacer frente a las tareas corrientes, se ha trastocado su rol, se ha desviado.  En este sentido tomamos a Elina Dabas quien toma de Urie Brofenbrenner que considera al niño como un microsistema con un funcionamiento integrado por su biología, su sistema cognitivo, sus emociones y sus afectos. Este microsistema es articulado, hasta el punto de que cuando el niño esta enfermo se deprime, y si se deprime no aprende. El niño esta en relación con los otros microsistemas, tales como la familia y la escuela, etc. A estos ámbitos con los que el niño interactúa permanentemente y en los cuales se desarrolla los denomina mesosistema.
            Cada uno de ellos se encuentra a la vez incluido en otro sistema llamado exosistema. Si bien el niño no participa directamente en ellos, tiene muchísima influencia sobre su desarrollo. Al mismo tiempo, tanto los microsistemas, los mesositemas  y los exosistemas están incluidos en el macrosistema, el cual influencia y otorga significación a las diversas etapas de desarrollo del niño.
Desde esta perspectiva sostenemos que el aprendizaje se produce en la red social y a través de ella, es así como el niño va a prendiendo a construir el mundo y a interactuar en el     …” el desarrollo mental se realiza a través del desarrollo social…”  (Elina Dabas)

            Teniendo en cuenta lo importante que son las personas significativas que rodean al niño, nos preguntamos ¿qué concepción tienen los adultos de ese niño? ¿Desde que lugar es “mirado”? ¿Qué esperan de él? …
            Así su fracaso puede ser determinado por múltiples motivos, como la relación transferencial con el docente, el modo en que se transmite los conocimientos, la desvalorización social o familiar de aquello que la escuela enseña, dificultad en la aceptación de normas, dificultades para mantenerse quieto. De este modo el problema escolar responde a una multiplicidad de factores, en donde intervienen recíprocamente muchos actores que rodean al niño: maestros, padres, contexto social quienes son los que  definirán a través de su discurso una determinada visión con respecto a él.

            Hoy en día nos encontramos muchas veces con niños hiperactivos, desatentos e impulsivos, síntomas que son diagnosticados utilizando el DSM IV y por lo observable, pudiendo ocurrir que  sea un cuadro en la estructura y que pase desapercibido, y por lo tanto la prevención llegando a la adolescencia haya perdido un tiempo muy importante. Y cuán más se observa el hecho de que un niño “no esté atento”, donde se lo aborda por profesionales en dificultades sensoriales, cognitivos, etc, cuando en realidad deberíamos preguntarnos: ¿cuáles son las cosas a la que atiende este niño?, tampoco queremos dejar de mencionar cuando se “etiqueta” al sujeto, donde tal nominación es tomada como propia, y en consecuencia, asumiendo ese rótulo e identificándose con el mismo. Es importante tener en cuenta que en la era de la tecnología, el niño recibe innumerables estímulos a los cuales debe procesar y desarrollará un modo particular de apropiación, por lo tanto no se debe caer en la simplicidad y pensar que dicha dificultad es el resultado de un solo factor. …” Así, el alumnado que no obtiene los resultados previstos por el sistema educativo es considerado “enfermo”…

         En los tiempos actuales, hay una tendencia a homogeneizar en lugar de identificar tomando  la singularidad del sujeto. No se considera que detrás de sus síntomas  pueda haber situaciones de duelo, violencia doméstica, mudanzas, divorcios. En este sentido  en lugar de indagar en el problema, de interpretarlo, de analizarlo, se lo tapa con pastillas, relegando de  este modo la subjetividad. Tomaron tanta importancia debido a la exigencia social que no tiene en cuenta la heterogeneidad y determina que todos los niños deben aprender a un mismo ritmo, en un mundo donde lo que se prioriza es el rendimiento y la eficacia, en este sentido se demandan soluciones rápidas que alivian los síntomas,  en concordancia con los nuevos paradigmas. Es así que las nuevas reglas del juego dentro del campo social y económico  generan un nivel de abrumamiento tal, que los sujetos buscan algo “salvador” que les permita estar despejados de su malestar a la hora de tener que sostener la necesidad de estar en forma …” la escuela supone transformar rasgos del carácter y variaciones de la normalidad en enfermedades que conllevan tratamientos…” …” otros de los peligros supone la homogeneización del alumnado…”
            Por el contrario siguiendo a Beatriz Janin es importante el trabajo en red entre padres, maestros y profesionales posibilitando un entorno en el que el niño pueda ir instalándose en le espacio escolar. Es decir, la escuela debe ser un lugar en donde los niños se sientan contenidos, albergados para que logren involucrarse en la situación de aprendizaje. Es fundamental que la escuela  en su conjunto pueda comprender el sufrimiento que padece el niño, y así mismo reconocer las limitaciones con la que cuenta. De esta forma se contribuirá en la reconstrucción de su historia ayudándolo a acceder a una mayor simbolización para posicionarse como un sujeto deseante….” Es importante que todos los actores del sistema educativo… entiendan que el fracaso escolar es de su competencia y que corregir el mismo exige de la concurrencia de profesores, alumnos, familias, profesionales sanitarios, para ofrecer cambios y alternativas. Si “cada persona es un mundo” reforzar un sistema educativo que intenta fabricar clones y al que se “desvíe” lo medica es garantía de fracaso perenne. El tratamiento médico de este fracaso social, que estos dos profesionales califican de innecesario, es la mejor muestra de que es urgente enfocar el fondo de la cuestión…”











CONCLUSIÓN

               Luego de haber recibido el tema en cuestión, se nos surgió una serie de conceptos y autores que podrían servir para la realización de nuestro trabajo de investigación, de los cuales, a medida que nos íbamos interiorizando tuvimos que ir acotando para lograr un marco que diera fundamento a lo propuesto.
              Durante el  recorrido se nos presentó el desafío de evidenciar los puntos de convergencias y diferencias de ambas, dicho debate nos retroalimentó y nos llevó a tener que tomar decisiones a la hora de seleccionar lo que considerábamos pertinente en la monografía.
              Esta experiencia resultó muy enriquecedora, ya que no sólo se trata de cumplir con una de las exigencias de la cátedra, sino que lo que se pone en juego es nuestra postura como Psicopedagogas.
              En efecto, el abordaje de las diferentes patologías implica de miradas distintas en cuanto a los diagnósticos y tratamientos, por lo tanto, debe ser siempre un desafío constante ir revisando nuestras teorías y, a la vez, seguir en el camino de reconstrucción de nuevos instrumentos que nos permitan ir reviendo el tipo de intervenciones que vamos generando a la hora de trabajar con un sujeto, quien debe ser considerado como un todo complejo, (explicitado anteriormente por Elina Dabas), y no reducirlo a un etiquetamiento social. De esta forma poder comprender cuál es su verdadero sufrimiento, estaremos ayudándolo a que pueda acceder a una mayor simbolización y logre situarse como sujeto de aprendizaje, en relación a un entorno significativo.
              Es importante que la “mirada” y la “escucha” de los otros: padres, docentes, la escuela en su conjunto, Psicopedagogos, sea comprensiva hacia un sujeto que necesita de nuestra ayuda para reencontrarse con su historia y en donde solamente el síntoma se hace presente.
              Como última reflexión, consideramos que es un trabajo que nos compromete a todos los que nos dedicamos en la educación y en la salud, y por lo tanto requiere de entrecruzar información, datos, en pos de ese niño que presenta dificultades.
             


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