miércoles, 24 de noviembre de 2010

Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad




UNIVERSIDAD NACIONAL DE LOMAS DE ZAMORA
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES

DIAGNÓSTICO DE LAS DIFICULTADES
DE APRENDIZAJE

MONOGRAFÍA : “Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad”.

Prof. Titular: Lic. Nélida A. Moschetto.
Prof. Asociado: Lic. Gustavo Arriondo.
J:T:P: Prof. Psp. Andrea Aloi.

Alumnas:
D´alesandre Natalia.           DNI: 31.045.459
Romano Alejandra              DNI: 21.738.482

2º cuatrimestre de 2010.

ÍNDICE:


La Historia............................................................................................Pág. 2

Presentación de los síntomas en la vida cotidiana…………………....Pág. 3

Sus Causas……………………………………………………………Pág. 4

Criterios para el diagnóstico (según el DSM IV)……………………..Pág. 5

El tratamiento…………………………………………………………Pág. 7

TDAH en la Infancia………………………………………………....Pág. 8

TDAH en la Adolescencia…………………………………………....Pág. 11

Orientación en la Escuela………………………………………….....Pág. 14

Bibliografía…………………………………………………………...Pág. 17



LA HISTORIA:

La denominación Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad es muy reciente. Sin embargo, podemos rastrear su historia a lo largo del Siglo XX.
Barkley resume la evolución de las ideas dominantes en cuatro períodos:
1)      1900-1960: una lesión cerebral es responsable de los problemas hiperquinéticos.
2)      1960-1969: la disfunción cerebral mínima se considera fundamental para entender la hiperkinesia.
3)      1970-1979: aparece en la bibliografía  el déficit de atención.
4)      1980-1989: creación del síndrome de déficit atencional (ADD) en el DSM III y del Déficit de atención con hiperactividad, en 1987, en el DSM IIIR.
En el  DSM IV, se dan tres tipos del trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad: tipo combinado, tipo con predominio de déficit de atención y tipo con predominio hiperactivo-impulsivo.

 ¿QUE ES EL TDAH?

TDAH es la sigla de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. Este trastorno se caracteriza por una pauta persistente de problemas vinculados con la desatención, la hiperactividad y la impulsividad.
El TDAH es un trastorno de iniciación en la infancia y está reconocido por la Organización Mundial de la Salud, organismo dependiente de las Naciones Unidas. Por lo tanto, es un diagnóstico válido y reconocido científicamente.

El TDAH se caracteriza por:

  • Dificultades en el campo de la Atención: Desatención.
  • Dificultades en la regulación del nivel de actividad: Hiperactividad.
  • Dificultades en el control de los impulsos: Impulsividad.

DESATENCIÓN: Una persona tiene problemas atencionales o déficit atencional, si tiene dificultades en seleccionar un foco de atención, mantenerlo el tiempo suficiente o modificarlo de manera apropiada de a cuerdo a las demandas de las circunstancias.

HIPERACTIVIDAD: Es una pauta motora incrementada y que se asocia con la producción de movimientos ociosos, es decir, movimientos que no están dirigidos  a un fin, por ejemplo, retorcerse en el asiento continuamente. Por consiguiente, no es cuestión  sólo de cuánto se mueve, sino también de lo apropiado y oportuno de estos movimientos, según la edad y el contexto.

IMPULSIVIDAD: Las personas impulsivas reaccionan en las situaciones según patrones de comportamientos ya establecidos y sin considerar apropiadamente el medio y las consecuencias.


PRESENTACION DE LOS SÍNTOMAS EN LA VIDA COTIDIANA.

La hiperactividad suele observarse desde una edad temprana. Estos niños son muy inquietos desde que comienzan a caminar, están en constantes movimientos y parecen inagotables.
A medida que crecen se ve claramente su dificultad para acomodar su dificultad motriz a las exigencias del ambiente. Les cuesta permanecer sentados cuando la situación lo requiere, se remueven en su asiento y se levantan a cada rato hasta que son reprendidos por sus padres o maestros, para volver a hacer lo mismo después, como si no pudiesen registrar las exigencias normativas del ambiente.

La impulsividad hacen que estos niños parezcan atropellados e impacientes, les cuesta esperar su turno en juegos o situaciones grupales, requieren todo ya, son muy insistentes e interrumpen las actividades de los demás como si quisieran ser siempre el centro de atención.

En cuanto el déficit de atención, los maestros notan que el niño se distrae mucho en clase y deja incompletas las tareas. En el hogar, muchas veces dan la impresión de no escuchar cuando se les habla y hay que repetirles varias veces las cosas para que las hagan. Tienden a evitar las actividades que requieren un esfuerzo de atención, cometen errores por descuido y suelen dejarlas sin terminar. Son olvidadizos, es frecuente que pierdan útiles y no sepan donde dejaron sus cosas, ni que hay que llevar al colegio al día siguiente.


SUS CAUSAS:

Actualmente se considera que el Déficit de Atención con Hiperactividad esta relacionado con una falta de balance en la producción cerebral de dos neurotransmisores: Dopamina y Noradrenalina. Estudios de metabolismo cerebral realizados sobre pacientes con este trastorno se evidenciaron una menor actividad metabólica especialmente en la base de la corteza cerebral frontal, esta zona esta relacionada con el control de impulsos y la persistencia atencional.

 EL PAPEL DE LOS FACTORES PSICOLÓGICOS.

Las investigaciones realizadas hasta la fecha han demostrado que ni las técnicas de crianza, ni los conflictos emocionales del niño o de sus padres son responsables de la causa del TDAH, el cual tiene una base biológica y no psicológica.
Sin embargo, los factores psicosociales no deben desestimarse, ya que juegan un importante papel en la aparición de problemas afectivos y de conducta que muchas veces están asociados al trastorno.
Por otra parte, la manera en que el niño se siente aceptado o rechazado, estimulado o criticado va a determinar en gran medida su autoestima y sus posibilidades de desarrollar habilidades que le permitan compensar, en mayor o menor medidas, sus dificultades.

EL DIAGNÓSTICO:

Para arribar al diagnóstico de este trastorno se requiere una minuciosa evaluación de la conducta del niño en los distintos ámbitos en los que se desenvuelve, así como de la historia de cada uno de sus síntomas, y cómo inciden en su vida familiar y escolar.
Es importante descartar que los síntomas de distracción no se deban a trastornos sensoriales (problemas de vista u oído) o a problemas respiratorios que interfieran con un descanso nocturno adecuado.
Desde el punto de vista psiquiátrico hay que descartar la presencia de depresión, Manía o Ansiedad excesiva, trastornos que por tener algunos síntomas comunes con el Déficit de atención con Hiperactividad puede confundirse con él o presentarse como trastornos coexistentes con el TDAH complicando su evolución.
El diagnostico es eminentemente clínico ya que no existen estudios de laboratorio apropiados y requiere de un profesional idóneo que sepa hacer las preguntas pertinentes de manera de poder obtener información relevante.

CRITERIOS PARA EL DIAGNÓSTICO DEL TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD (según el DSM IV).
Seis  o más de los siguientes síntomas de desatención han persistido por lo menos durante 6 meses con una intensidad que es desadaptativa e incoherente en relación con el nivel de desarrollo:
DESATENCIÓN:
A menudo………
·         No presta atención suficiente a los detalles o incurre en errores por descuido en las tareas escolares, en el trabajo o en otras actividades.
·         Tiene dificultades para mantener la atención en tares o en actividades lúdicas.
·         Parece no escuchar cuando se le habla directamente.
·         No sigue instrucciones y no finaliza tareas escolares, encargos, u obligaciones en el centro del trabajo.
·         Tiene dificultades para organizar tareas y actividades.
·         Evita, le disgusta dedicarse a tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido.
·         Extravía objetos necesarios para las tareas y lasa actividades.
·         Se distrae fácilmente por estímulos irrelevantes
·         Es descuidado en las actividades diarias.

Seis o más de los siguientes síntomas de hiperactividad-impulsividad han persistido por lo menos durante 6 meses con una intensidad que es desadaptativa e incoherente en relación con el nivel de desarrollo:
HIPERACTIVIDAD:
      A menudo…

·         Mueve en exceso manos y pies, o se remueve en su asiento.
·         Abandona su asiento en la clase o en otras situaciones en las que es inapropiado hacerlo.
·         Corre o salta excesivamente en situaciones inapropiadas también.
·         Tiene dificultades para jugar o dedicarse tranquilamente a actividades de ocio.
·          “Esta en marcha” o suele actuar como si tuviera un motor.
·          Habla en exceso.

      IMPULSIVIDAD:
             A menudo…

·         Precipita respuestas antes de haber sido completadas las preguntas
·         Tiene dificultades para guardar turno.
·         Interrumpe o se inmiscuye en las actividades de otros.

Ø  Algunos síntomas de hiperactividad-impulsividad o desatención que causaban alteraciones estaban presentes antes de los 7 años de edad.
Ø  Algunas alteraciones provocadas por los síntomas que presentan en dos o mas ambientes (ejemplo, en la escuela, en el trabajo y en casa).
Ø  Deben existir pruebas claras de un deterioro clínicamente significativo de la actividad social, académica o laboral.


EL TRATAMIENTO:

Hasta la actualidad el tratamiento que ha demostrado una mayor respuesta es la medicación estimulante atencional. En las últimas décadas se han llevado a cabo más de  170 estudios con este tipo de medicación realizado sobre más de 5000 pacientes en edad escolar, los que certifican su eficacia y seguridad.
La medicación estimulante es efectiva en el 70% de los casos y sus resultados se pueden apreciar a los pocos días de comenzado el tratamiento, mejorando la atención y disminuyendo la impulsividad y la hiperactividad. La mejoría de estos síntomas principales del TDAH suele acompañarse de un aumento del rendimiento académico y de la aceptación social del niño por parte del grupo de pares.
Los fármacos de este tipo disponibles en Argentina son dos: el Metifenidato y la Pemolina. Ambos comparten un mecanismo de acción similar, inhibiendo la recaptación de catecolamina en las terminales nerviosas presinápticas y aumentando de esta manera la concentración de dopamina.
El Metilfenidato tiene corta duración y por eso requiere 2 o 3 tomas diarias, mientras que la Polamina tiene un efecto más prolongado, requiriendo usualmente una sola toma diaria.
El Metilfenidato tiene un efecto “normalizador” sobre la conducta. Controla la hiperactividad, reduce la impulsividad y prolonga el período de atención. Numerosos trabajos demuestran que reduce la agresividad, mejora las relaciones interpersonales y disminuye la desobediencia.
No es una pastilla mágica, sino que es parte de un tratamiento multimodal.
 

TDAH EN LA INFANCIA:

Sin causa específica conocida, se acepta que es una condición o patrón de comportamiento inadaptado de base neurobiológica, iniciado generalmente, cuyos síntomas básicos son de carácter cognitivo-conductual:

1)      FALTA DE ATENCIÓN: Tienen dificultad para concentrarse en una sola tarea de trabajo o estudio. Al concentra la atención dirigida y conciente en crear, aprender, organizar o completar una tarea muestran dificultades, particularmente afectada la atención del trabajo. Poseen atención automática en actividades de su interés.
2)      HIPERACTIVIDAD: Presentan una hiperactividad sin finalidad. Propensos al movimiento, sin poder permanecer quietos ante una tarea determinada o no. Sus formas de expresión son motoras en cualquiera de sus extremidades o del habla. Lo mismo sucede en adolescentes y adultos hiperactivos.
3)      IMPULSIVIDAD: Falta de control de sus reacciones o pensamientos inmediatos. Dependen demasiado de su estado de ánimo con baja tolerancia al aburrimiento. Falta de planificación y previsión.


CONDICIONES PARA EL DIAGNÓSTICO:

Es importante para poder establecer el diagnóstico correcto que exista una capacidad mental normal o superior, que el trastorno se halla iniciado ya en edades tempranas que la sintomatología aparezca en diferentes situaciones familiares, en el colegio, entorno extrafamiliar, y que no exista explicación para esta sintomatología que debe permanecer al menos, durantes seis meses, en dos o mas situaciones distintas, juegos e interacciones sociales (por ejemplo dentro del colegio y el entorno familiar)

ETIOLOGÍA:

Este trastorno puede ser debido a diversas causas: genéticas, complicaciones pre, peri y post natales y otros factores ambientales como: fumar durante el embarazo, envenenamiento con plomo, etc.
TRASTORNOS COMÓRBIDOS:

Son síntomas que coexisten con el cuadro principal que se presentan en el mismo periodo de tiempo:

  • Trastorno de ansiedad.
  • Trastorno negativista-desafiante.
  • Apatía.
  • Trastorno del aprendizaje escolar.
  • Trastorno de conducta.
  • Trastorno depresivos.
  • Tics.

POSIBLES REPERCUSIONES PERSONALES Y SOCIALES:

Las más frecuentes son:

  • Retraso en el aprendizaje escolar.
  • Dificultad en la comprensión lectora.
  • Inestabilidad en las relaciones con amigos y compañeros.
  • Baja autoestima.
  • Desorganización.


SOBRE LOS HÁBITOS DE VIDA:

Todas las acciones deben conducir a desarrollar una personalidad estable con autoestima y responsable de sus actos, teniendo en cuenta que en mayor o menor grado, en dependencia del tratamiento y apoyo, siempre tendrán un nivel de déficit de atención.

  1. Estos niños necesitan un ambiente regular y ordenado.
  2. Establecer con la familia, una buena política de sanciones.
  3. Necesitan un ambiente ordenado con horarios y funciones concretas, deberes, juegos, descanso, comidas basados en la rutina, tanto a nivel familiar, escolar y extraescolar.
  4. estabilidad emocional.
  5. Apoyo afectivo destinado al desarrollo de su personalidad.
  6. Control de amistades evitando las influencias manipuladoras.
  7. Respeto a sus opiniones.

SUGERENCIAS:

  • Los pediatras, psicólogos clínicos, psicólogos escolares, y otros profesionales de la salud debidamente entrenados son los profesiones que pueden iniciar una evaluación para el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDHA).
  • El Diagnóstico requiere que un niño cumpla los criterios del DSM-IV TR. Los síntomas TDHA deben estar presentes en dos o más ambientes (por ejemplo, familia y colegio), así como edad de inicio, presencia de impedimento asociado a los síntomas, etc.
  • Es una opción clínica la utilización de escalas específicas para el TDAH. Otro tipo de evaluaciones no específicas, impresiones clínicas globales o descripciones generales no son suficientes para el diagnóstico no siendo recomendables aunque puedan ayudar con propósitos.
El diagnóstico del TDAH debe ser clínico, y nunca debe basarse en las puntuaciones de una escala o en los resultados de un test.
  • La exploración de un niño con TDAH debe incluir el estudio de condiciones coexistentes: ansiedad, depresión, negativismo, cambios de humor y del aprendizaje escolar, lenguaje, etc.


TDAH EN LA ADOLESCENCIA:

El médico, psicólogo u otros profesionales de la salud, pueden encontrarse ante un adolescente que acude a la consulta debido a sus dificultades académicas y con un historial de repetición de cursos, a pesar de un buen nivel intelectual.
La sintomatología depresiva, puede ser el principal motivo de la consulta. Pero en otras ocasiones, preocupa a los padres de un comportamiento impulsivo, trastornos de la conducta o una actitud de oposición constante.

El TDAH debe ser sospechado e indagado a partir de una minuciosa anamnesis, una cuidadosa observación y un completo examen físico, con especial detenimiento en la exploración neurológica. Pero además, el clínico puede disponer de cuestionarios para el propio adolescente, para los padres y para los profesores.
La mayoría de estos cuestionarios se basan en los criterios diagnósticos expuestos en el DSM IV. Es recomendable que el profesional  se familiarice con las técnicas psicométricas, a fin de poder entender mejor lo que le ocurre a su paciente.


COMINICAR ADECUADAMENTE EL DIAGNÓSTICO:

El adolescente debe ser el protagonista en nuestra consulta, y el primer destinatario de nuestra atención. El adolescente con TDAH se siente mal consigo mismo, no sabe que le pasa y, a menudo, ha recorrido ya distintos y variados gabinetes médicos o de atención psicopedagógica. Es posible que viva su trastorno como una estigmatización.
Por lo tanto, el primer acto terapéutico va a consistir en comunicarle, con claridad y objetividad, los aspectos del diagnóstico. Conviene destacar los aspectos biológicos y madurativos del TDAH para desculpabilizar al adolescente y así compensar las observaciones negativas que han recibido a lo largo de su vida.

EL TRATAMIENTO:

Consisten en ofrecer una amplia información sobre las posibilidades terapéuticas. Por lo que se refiere a la medicación, conviene destacar sus efectos positivos. Hay que destacar, como estos adolescentes, gracias al tratamiento farmacológico, son capaces de escuchar mejor y esforzarse más, muestran más interés en la escuela, terminan las tareas, tiene más capacidad de iniciativa, mejoran la presentación de los trabajos escolares, son mas serviciales.

REORGANIZAR LA DINÁMICA FAMILIAR:

La familia del adolescente afectado de TDAH suele sentirse agobiada por el problema, sin capacidad de respuesta. Se tratan de familias que han soportado grades tensiones internas y presiones ambientales, llegando al sentimiento de culpabilidad ante los fracasos repetidos. Por ello, al plantear el tratamiento, conviene pautar unas sesiones dedicadas a reorganizar la dinámica de la vida familiar. El objetivo será reconstruir el sentimiento y la vivencia de seguridad en el adolescente.
Para J. Folch, la seguridad se construye a partir de la demostración de afecto, la tolerancia, la estabilidad y la autoridad.

Debido a que al adolescente con TDAH ha crecido en un ambiente en que han dominado las presiones, los castigos y el rechazo hacia su conducta, la demostración de afecto será un primer paso para su seguridad.
El afecto supone una actitud interna de aceptación del hijo, independientemente de su conducta.
El afecto se basa en el reconocimiento y valoración de las acciones positivas.

ORIENTACIÓN FAMILIAR.

Las actitudes educativas que se les proponen a los padres son las siguientes:

  1. Comprender su trastorno. Es decir comprender su impulsividad, su facilidad para despistarse y el incumplimiento de órdenes a pesar de las reiteradas promesas de cambio.
  2. Vivir el presente, como si cada día se empezara de nuevo. Conviene establecer metas simples y concretas acorto plazo, ya que el adolescente con TDAH olvida fácilmente.
  3. Ni los castigos ni los premios han demostrado ser efectivos en el manejo con adolescentes. Las amenazas de castigos o las promesas de los premios son aún más ineficaces.
  4. Organizar la rutina y los horarios de la vida cotidiana en casa.
  5. Descubrir aquellas actividades del hogar que puedan resultar más relajantes para el adolescente y sus padres. Favorecer aquellas actividades que reduzcan la tensión ambiental.
  6. Evitar aquellas situaciones que sean previsibles un fracaso, como pueden ser ceremonias largas o visitas a casas con espacios reducidos.
  7. Controlar y contener la propia angustia y no depositarla en el hijo.


ORIENTACIÓN EN LA ESCUELA:

En la escuela, el niño y el adolescente con un TDAH van a pasar muchas horas de su vida, van a recibir formación y van a aprender a convivir con sus compañeros. La escuela puede ser un lugar muy importante para la contención y la educación de este niño con TDAH o puede ser también el lugar donde se presenten los primeros síntomas de inadaptación y de un fracaso personal que es mucho más grave que el fracaso escolar. Por lo tanto debemos incluir la escuela y los maestros en el plan de tratamiento global del niño con TDAH.

¿QUE DEBE SABER EL MAESTRO SOBRE SU ALUMNO CON TDAH?

Los profesores necesitan también conocer la existencia del “Trastorno por Déficit de atención e Hiperactividad”.
Muchos maestros han oído hablar e incluso tienen conocimientos de la existencia de “niños hiperactivos”. Ya que, además, son niños que molestan en las clases, suelen ser identificados con prontitud y derivados a los servicios psicopedagógicos para su evaluación. Sin embargo, pocos maestros conocen la existencia de la variedad de TDAH en que predominan los síntomas de inatención.
El maestro debe saber que su alumno con TDAH no es más torpe que los demás. Se trata de un niño o adolescente que puede trabajar con un buen ritmo si se le sabe estimular adecuadamente. Para ello hace falta que el maestro tenga capacidad para prevenir, estructurar, organizar periodos de trabajo de corta duración, establecer una estrecha relación con el alumno, individualizar la enseñanza, y utilizar refuerzos positivos.
Y el maestro debe comprender (recordando que comprender no equivale a aceptar) también que el alumno mostrará alteraciones en su conducta cuando la tarea sea demasiado difícil, de larga duración o en situaciones de conflicto emocional.

¿ QUE PUEDE HACER EL MAESTRO?

La organización de ADD, propone algunas sugerencias a los maestros para que puedan mantener el control del ambiente del aula, haciendo una atención específica al alumno que presente TDAH. Son las siguientes:

  1. Controlar el ambiente en la clase: El ambiente mas afectivo para ayudar a los niños y adolescentes con TDAH, manteniendo un orden, una rutina y una previsión, que las normas sean claras, argumentadas y consistentes.
  2. Organizar la clase: Es preferible el aula cerrada a los espacios abiertos, ya que conviene reducir las distracciones, preferentemente en primera fila dirigiéndose a él con frecuencia para poder mantener su atención. Conviene organizar también los deberes, siempre anotados en el mismo lugar. Por otro lado es importante que el alumno con TDAH este sentado cerca de alumnos que le aporten modelos positivos de conducta, lejos de cualquier distracción.
  3. Planificar los horarios.
  4. Vivir el presente, como si cada día se empezara de nuevo. Conviene establecer metas simples y concretas, a corto plazo.
  5. Adaptar las normas. El alumno con TDAH puede beneficiarse en la adaptación de algunas de las normas que habitualmente se utilizan en el aula. Por ejemplo, puede ser útil reducir la cantidad de tareas asignadas, dejar más tiempo para contemplar los trabajos o los exámenes, mezclar adecuadamente las tareas más motivadoras con las que no lo son menos, utilizar refuerzos visuales en la instrucción oral y alternar las actividades para evitar el aburrimiento.
  6. Inventar nuevas estrategias. Desde organizar pequeños grupos de trabajo en que el alumno con TDH se vea arropado por otros alumnos, as tranquilos, hasta programar para cada alumno una tarea diaria que le sea posible terminar con éxito. Son muy útiles las estrategias destinadas a mejorar la atención del alumno: establecer contacto visual, antes de verbalizar instrucciones mediante preguntas sencillas, no preguntarle cuando se lo ve ausente, etc.
  7. Intervenir en la modificación de conductas, ofreciendo refuerzos positivos ante la conducta adecuada y refuerzos negativos ante la conducta inapropiada. No son útiles los sermones ni las reflexiones morales.
  8. Ayudar a los alumnos a atravesar los momentos de transición de una actividad a la otra, pues en ese momento la dispersión es máxima.
  9. Insistir para que el alumno haga tareas en las áreas en las que es mas “fuerte”, así podrá reformar su autoestima. Tratar de que exponga ante el resto de los compañeros esos “puntos fuertes”. Hacerle sentir que desde esas áreas de conocimiento o aptitudes puede hacer una importante contribución a los demás.
  10. Cuando lo vea inquieto o distraído, enviarlo afuera del aula y que realice alguna actividad para que descargue energías, se distraiga y al volver se pueda concentrar.
  11. Ser muy enfático para destacar sus aciertos, sus mejores progresos y destacar siempre el valor del esfuerzo que realiza para superar sus problemas.
 
BIBLIOGRAFÍA:

  • Janin Beatríz. “Niños desatentos e hiperactivos”. Reflexiones acerca del trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad. Ediciones Novedades Educativas (Año: 2007).
  • Tallis Jaime. “Neurología y trastorno por déficit de atención: mitos y realidades”.
  • Consenso Multidisciplinar en TDAH: Infancia, adolescencia y adultos. (Julio-2005).
  • “Terremotos y soñadores”. Publicación de la Fundación por Déficit de atención e hiperactividad. (N° 10- Edición especial 2006).

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